La iconografía cristiana de estos primeros tiempos se centra preferentemente en la imagen simbólica, heredada de la sociedad pagana contemporánea. Los primeros Padres de la Iglesia aceptaban el símbolo como vía de la expresión plástica, y encontraban en él un recurso para la comprensión, capaz también de avivar la memoria.
Los primeros artistas se acogían a imágenes ya elaboradas, que por sus connotaciones morales eran más propicias para asimilar los contenidos cristianos. De hecho todas las representaciones pertenecen al campo del simbolismo pagano, pasando por una previa adecuación.
Los principales temas utilizados fueron:
· La iconografía de Cristo: la más significativa es la de Cristo-Pastor, un modesto personaje, vestido con túnica corta, que lleva una oveja sobre sus espaldas. Este tema ya aparecía en el arte hitita y mesopotámico, pero la actitud recogida por el cristianismo se remonta a la Grecia arcaica, con el carnero en los hombros reuniendo las cuatro patas del animal en sus manos.
Aparece también la figura de Cristo-Maestro de la Sabiduría, sosteniendo en la mano un rollo o un códice abierto y levantando a veces la otra mano con un gesto típicamente oratorio. La forma de representar a este Cristo, con túnica y pallium, sandalias y pelo corto, rememora la figura del filósofo.
· La iconografía de los Sacramentos: el Bautismo representado por la figura del Pescador, habitual en las artes figurativas contemporáneas de carácter pagano, que simboliza a Cristo pescador de almas a través de las aguas bautismales. La escena de los pescadores faenando en la barca y recogiendo sus redes llenas de peces es la imagen que mejor se adecúa a esta doctrina. Los peces simbolizan el nacimiento de un cristiano y la barca y los pescadores a la Iglesia.
Otra de las representaciones del sacramento, es Cristo recibiendo el Bautismo de manos de Juan, mientras la mano de Dios-Padre o la paloma planean sobre su cabeza.
La Eucaristía es el otro sacramento que aparece en las artes figurativas del siglo III, y tal y como su contenido dogmático requiere, se reviste de un mayor número de imágenes, asimismo simbólicas y descriptivas, para transmitir al fiel su trascendencia.
La vid y el cesto de panes, a veces unido a un pez, son alegorías frecuentes de este sacramento. Pero las escenas más significativas son aquellas en las que aparece el concepto de Banquete. En la multiplicación de los panes y los peces, cuando Cristo mediante un milagro da de comer a una multitud que le sigue y le escucha, el pan milagroso prefigura y prepara la Eucaristía.
· La iconografía del Más Allá: representada en la sombra de un arbusto, con Jonás cansado y adormecido como imagen del alma en el paraíso. También el Refrigerium puede convertirse en icono del Más Allá, cuando el ágape se transforma en banquete celestial.
Otra figura ya conocida, el Cristo-Pastor, también nos introduce en la iconografía del Más Allá cuando aparece en el paraíso en medio de las almas bienaventuradas que ya gozan de la paz junto a Él después de su muerte. Las almas bienaventuradas son muchas veces las ovejas que pacen en el paraíso junto a su pastor; pero en otras ocasiones surgen en forma de orantes, con las manos levantadas en acción de gracias por su salvación.
· Iconografía bíblica: se trata de una iconografía que se apoya expresamente en la idea de la salvación frente al peligro de la muerte gracias al poder de la oración. Son historias como las de Noé en el Arca, David frente a Goliat, el sacrificio de Isaac…
Según la opinión más generalizada se inspiran en las oraciones litúrgicas de carácter funerario, las Conmendatio Animae, cuyo desarrollo coincide con el afán de súplica que subyace en estas representaciones. Estas oraciones exponían la intervención divina a favor de ciertos personajes bíblicos y expresaban su deseo de que Dios ejerciera la misma benevolencia con el difunto.
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