Filipo II nació en Pella, y era el hijo
de Amintas III rey de Macedonia. Desde el 367 hasta el 365 a.C. fue retenido
como rehén de guerra en Tebas, y durante ese periodo estudió la táctica militar
de la falange tebana. En el 364 a.C. regresó a Macedonia convirtiéndose en regente
de su sobrino Amintas IV, siendo el gobernante de hecho, hasta que en el año
356 a.C. se apoderó del trono.
Sentó las bases del poder militar de
Macedonia, que heredó su hijo, Alejandro Magno, para conquistar y helenizar
Oriente Próximo. Sin embargo, sus relaciones con Alejandro no eran del todo
fluidas. Existen diversas teorías según las cuales el asesinato de Filipo II en
el año 336 a.C. mientras asistía a las fiestas por el matrimonio de su hija con
el rey de Epiro, fue el resultado de una maquinación de Alejandro y su madre
Olimpia de Epiro, tras ser ésta repudiada por Filipo, y ante el temor de un
posible cambio en la sucesión a favor de un hijo que tuvo éste con una joven
macedónica.
Durante su periodo como regente, Filipo
II reorganizó el ejército macedónico según el modelo de la falange tebana,
unificando todas las etnias que lo componían y convirtiéndolo en una auténtica
fuerza nacional, cuya disciplina y eficacia se aseguraba con un durísimo
adiestramiento. Introdujo en su infantería pesada la sarissa, pica de entre 5,5 y 7 metros de longitud, más larga en las
filas posteriores de soldados, que hacía de la falange macedónica una formación
erizada, cuyo objetivo era fijar las filas enemigas para que el resto del
ejército (infantería media y ligera, caballería pesada), las envolviera y
aniquilara. A partir de aquí, comenzó su expansión por el mundo griego con la
idea de conseguir la unidad política de todos los pueblos griegos bajo su
mando. Inició también una profunda reforma de la administración y la economía,
especialmente floreciente gracias a los recursos auríferos del monte Pangeo,
arrebatados a la colonia ateniense de Anfípolis en Tracia, tras su invasión en
el 357 a.C.
La primera etapa de la expansión
macedónica tuvo lugar con ocasión de la Tercera Guerra Sagrada (356-346 a.C.),
conflicto surgido en torno al santuario de Apolo en Delfos. Tras una acusación
de sacrilegio por parte de los beocios contra los focidios, éstos se apoderan
del santuario y su tesoro, provocando la intervención de Filipo, que tras su
victoria en la llanura de Croco obtuvo el control de Tesalia. Posteriormente
los macedonios extendieron su influencia a Iliria, Epiro, Tracia, Egeo
septentrional y la Propóntide, dificultando así la llegada de trigo a Atenas, y
provocando los primeros discursos del orador Demóstenes contra Filipo, al que
presentaba como enemigo de la libertad y la democracia.
Poco a poco, Filipo fue conquistando las
32 ciudades de la Liga Calcídica, a pesar de los contingentes enviados por
Atenas en ayuda de sus aliados, hasta que en el año 348 a.C. tomó y destruyó la
capital de la Liga, Olinto. En este punto, Atenas comenzó unas negociaciones de
paz, forzadas por la imposibilidad de formar un frente común contra Macedonia,
que se concretaron en la Paz de Filócrates del año 346 a.C., que garantizaba
las conquistas de Filipo. Ese mismo año, el rey macedonio derrota totalmente a
los focidios, expulsándolos de la Anfictionía Délfica, derechos de pertenencia
que son traspasados a Filipo y sus descendientes. De ésta manera se reconocía a
Macedonia como un estado griego más, dotándole de la legalidad necesaria para
intervenir en los asuntos políticos griegos.
En sus discursos, Demóstenes alerta a los
atenienses de la ambición expansionista de Filipo, que según él, no tiene fin:
… ni Grecia ni los países bárbaros dan
cabida a la ambición de este hombre. Y aunque todos los griegos vemos y oímos
esto, no nos enviamos embajadas los unos a los otros para tratar estos asuntos
ni nos indignamos; y estamos en tan mala disposición de ánimo y tan separados
por fosos de ciudad a ciudad, que hasta el día de hoy no somos capaces de hacer
nada ni de lo conveniente ni de lo necesario, ni de aliarnos, ni de constituir
una comunidad de ayuda y amistad…
Demóstenes, Contra Filipo, Tercer Discurso. Trad. A. López Freire y J.M. Colubi
Falcó
Tras la Paz de
Filócrates, Filipo no dejó de reforzar su posición militar y diplomática,
haciéndose con el control del Oráculo de Delfos, de suma importancia
estratégica. Demóstenes, consiguió por fin, imponer sus tesis y crear una
alianza militar contra Filipo. La guerra estalló en el otoño de 340 a.C.,
cuando Filipo se apoderó de una escuadra comercial ateniense de 180 navíos, y
se saldó con la derrota de las fuerzas aliadas en Queronea, en agosto de 338
a.C.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada